Es una manera de ver y estar en el mundo. Sus principios básicos son orgánicos,  facilitan la depuración, limpieza y desarmado de viejas y falsas creencias que están trabando o limitando el potencial, los recursos y las posibilidades  de cada uno de nosotros en el crecimiento personal y en el servicio a otros.

No se trata de una forma específica, más bien se trata de desarmar formas específicas, aprendidas, para re-conectar y re-tomar las formas auténticas y vinculadas al ser y su esencia.

Gestalt significa el todo, la forma. Decimos gestalt  y decimos forma,  entonces… Decimos hay tantas gestalt  posibles como seres humanos capaz de crearlas o re-crearlas…

Todos tenemos la posibilidad de re-crear nuestra propia gestalt…

Nuestra propia forma… volviéndola orgánica… o sea al servicio de la vida, mutable y transformable como la vida misma.

Por eso aprender gestalt no es aprender un método, tampoco es aprender una técnica, aprender gestalt es practicar la vida misma… es tomar conciencia de la infinidad  de posibilidades que nos ofrece la vida, y elegir, con responsabilidad, siendo conscientes que cuando elijo una forma, también elijo dejar  miles de otras formas posibles, de eso se trata… de elegir, para plasmar, para materializar una forma especifica  que sea un reflejo, que haga visible, lo intangible, que haga visible mi esencia, mi sentir, mi ser… y ahí sucede el milagro… no importa la forma que elija, cuando es auténtica… es única y está unida al todo… y entonces ya no importa la forma, ahí descubrimos que elegir, focalizar (como decimos en nuestra jerga) fue solo la excusa para llegar al todo. Y el todo siempre es más que la suma de sus partes…y es ahí cuando los caminos se vuelven uno, y la vivencia de Unidad es tangible, palpable, experienciable.